martes, 3 de diciembre de 2013

Miedo a los juegos centroamericanos

Miedo a los juegos centroamericanos

 | Por Orlando Freire Santana
LA HABANA, Cuba, diciembre, www.cubanet.org -Si revisamos el cuadro de medallas de las tres últimas ediciones de los Juegos Centroamericanos y del Caribe— El Salvador 2002, Cartagena 2006 y Mayaguez 2010— observamos el esfuerzo de todos los países del área en pos de mejorar sus actuaciones. Claro, hay una excepción. Es Cuba, que estuvo ausente en el 2002 y el 2010.
Las autoridades cubanas justificaron la no presencia de sus atletas en El Salvador alegando razones de seguridad; un argumento que no convenció a casi nadie. ¿Es que acaso a esa nación centroamericana se iría a trasladar la “mafia de Miami” para molestar a los deportistas cubanos? Ahora recuerdo la conversación que sostuve por aquellos días con un amigo que hurgó en la raíz del temor castrista.
Rememoraba mi amigo que dos años antes de la celebración de esos juegos, en la Cumbre Iberoamericana de Panamá 2000, el presidente salvadoreño Francisco Flores, haciéndose eco del sentir de buena parte de la opinión pública de su país, le reprochó a Fidel Castro el apoyo de su gobierno a los guerrilleros del frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), lo que sin dudas avivó la guerra civil que desangró a esa pequeña nación.
Ocho años más tarde, cuando tampoco hubo asistencia cubana a los centroamericanos escenificados en la ciudad puertorriqueña de Mayaguez, el castrismo adujo dificultades para el aterrizaje de los aviones que transportarían a los deportistas cubanos. ¿Y si esas dificultades eran reales, y de todas maneras los cubanos deseaban participar en esa justa, por qué no hicieron lo mismo que en 1966, cuando habilitaron el barco Cerro Pelado para trasladar a la delegación deportiva que compitió en los Centroamericanos de San Juan? Es evidente que la posibilidad de una fuga masiva de atletas en Mayaguez  aterrorizó a los directivos del deporte cubano.
He traído esto a colación a raíz de una reciente visita a Cuba de una delegación de la Organización Deportiva Centroamericana y del Caribe (ODECABE), encabezada por su presidente, Héctor Cardona. El motivo de la visita fue informarles a los cubanos cómo marchan los preparativos de los venideros juegos del área que tendrán lugar en la ciudad mexicana de Veracruz en el año 2014. La presencia de los dirigentes de la ODECABE sirvió también para oficializar la invitación a Cuba para que asista a Veracruz.
Si hubiésemos podido conversar con el señor Cardona, le habríamos expresado que, en lugar de una invitación, lo que Cuba merece es una sanción por haber boicoteado reiteradamente estas competencias regionales. Por supuesto que no culpamos a los deportistas, sino a las marionetas del Comité Olímpico Cubano. Esos señores, en vez de enarbolar la autonomía que debe de corresponderle a un organismo de ese tipo, se han plegado a los designios del aparato de poder.
Y ahora el temor cubano podría asumir otras características. Se trataría de la resistencia que pudiese brindar México, máxime en su condición de país sede de los próximos Juegos Centroamericanos. En las dos ocasiones en que Cuba estuvo ausente, los mexicanos encabezaron holgadamente el medallero. Y en Cartagena 2006, el último certamen donde coincidieron cubanos y aztecas, nuestros deportistas solo consiguieron 10 medallas más que sus rivales.
Para un país como Cuba, donde sus dirigentes conservan la mentalidad de la guerra fría, en el sentido de considerar los éxitos deportivos como una muestra de superioridad ideológica, no ganar unos juegos centroamericanos sería poco menos que una tragedia nacional. Entonces, entre miedos y tensiones, ha comenzado la cuenta regresiva para la participación cubana en Veracruz 2014.

No hay comentarios:

Publicar un comentario