miércoles, 1 de octubre de 2014

PARO DE INDUSTRIA

Paro de industria baja la santamaría de autopartistas

Caída en la actividad de las autopartistas eleva los costos laborales | Foto Archivo El Nacional
Caída en la actividad de las autopartistas eleva los costos laborales | Foto Archivo El Nacional
Escasa producción de carros propició que Macusa, fabricante de butacas,  pasara de armar 70 sillas diarias a 5
El cierre de Suramericana de Soplados, fabricante brasileño de tanque de gasolina para vehículos, el 29 de septiembre, pone al descubierto la gravedad de la crisis que afronta la industria automotriz desde inicios de 2014 debido a la demora del gobierno en liquidarles las divisas. Algunas ensambladoras llevan un año esperando a que el Centro Nacional de Comercio Exterior le entregue dólares para la importación de la materia prima.   
“Para armar un carro se necesitan todas las piezas. Nada hacen las empresas con las autopartes que pueden adquirir aquí si no pueden importar el resto. No pueden ensamblar los carros y venderlos”, dijo una fuente del sector.
Datos de la Cámara de Fabricantes Venezolanos de Productos Automotores indican que en lo que va de año la producción de piezas originales –las que van directamente a las ensambladoras –, cayó en la misma proporción que la fabricación de vehículos. Según la Cámara Automotriz de Venezuela, entre enero y agosto de 2014 la elaboración de carros descendió 83% con respecto al periodo del año pasado.
Aunque el mercado de repuestos también ha descendido (alrededor de 12%), la fuente agregó que las empresas que atienden ese mercado aún tienen una vía de ingresos. “La situación es más delicada para las compañías que producen exclusivamente para las automotrices”, subrayó.
Macusa, fabricante de butacas de cuero para vehículos, es un ejemplo de lo que dice la fuente. Su presidente, Carlos Zingg, indicó que su empresa ha pasado de producir 70 asientos diarios a 5.
Desde febrero mantiene conversaciones con la Inspectoría del Trabajo del estado Anzoátegui debido a que a no puede mantener a 161 trabajadores directos. “Si tu ingreso disminuye no puedes pagar la nómina”, afirmó.
Dijo que un nivel tan bajo de producción podía ser atendido con menos de la mitad del personal que labora actualmente en la planta. “La empresa se está descapitalizando”, expresó.

Empleos en riesgo. Otros empresarios del sector coinciden en que la situación es generalizada y afecta sobre todo a los proveedores de las ensambladoras. Otro de los consultados, también dedicado al negocio de tapicería para vehículos, informó que su actividad se ha reducido 88% este año. Coincidió con Zingg sobre el tema laboral: tiene más personal del que necesita, lo que eleva significativamente los costos.  “Todo se empeora con los gastos y erogaciones propias de estos meses como son vacaciones y próximamente las utilidades. No se he podido reducir la nómina”, afirmó.
Favenpa comenzó a alertar sobre la gravedad del sector de autopartes desde principios de año. Además de la dependencia de la actividad de las ensambladoras, el gremio señalaba la deuda que mantenía el gobierno con los empresarios afiliados, que les impedía hacer las importaciones de materia prima. Estos factores ponen en riesgo la estabilidad laboral de aproximadamente 60.000 trabajadores directos e indirectos.
Cifras del gremio muestran que desde julio las empresas mandaron a sus casas a la mitad de los trabajadores porque solo estaban operando a 35% de su capacidad instalada.
La semana pasada el ministro de Economía, Finanzas y Banca Pública, Rodolfo Marco Torres,  se reunió con los directivos de las automotrices y de Favenpa, con el propósito de impulsar la actividad y producción de la industria.
Algunos de los asistentes al encuentro dijeron que aún no han recibido pago de las liquidaciones pendientes. Sin embargo, confían en que las primeras cancelaciones comiencen a producirse en los próximos días.
El Dato
El retraso en la liquidación de divisas es el otro elemento que ha afectado la operatividad de la industria de autopartes en 2014. Registros del gremio indican que las demoras superan, en promedio, 270 días, lo que ocasionó que los proveedores internacionales de materias primas suspendieran las líneas de créditos con los empresarios venezolanos.

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