| Miami | 1 Ene 2016 - 11:00 am. | 1
El actor, dramaturgo, poeta, novelista y crítico literario cubano Julio Matas falleció en Miami, en la madrugada del miércoles 30 de diciembre, a los 84 años de edad, informa el diario miamense El Nuevo Herald.
Matas, nacido en la capital cubana, cursó estudios de Derecho en la Universidad de La Habana, donde ingresó en 1948 en el Seminario de Artes Dramáticas. Más tarde pasó al Teatro Universitario.
Cofundó en 1953 el grupo teatral Arena, que presentó Recuerdos de Berta (Tennesse Williams, 1953), Medea (Eurípides, 1954) y La soprano calva,(Ionesco, 1956). Entre sus montajes se recuerdan Falsa alarma (Virgilio Piñera, 1957) y La lección (Ionesco, 1958).
Durante esa etapa colaboró en cortos cinematográficos con el director Tomás Gutiérrez Alea y los directores de fotografía Néstor Almendros y Ramón F. Suárez. Además, interpretó el personaje de Oscar en la obra de Piñera Aire frío, dirigida por Humberto Arenal.
"Julio, junto a Virgilio Piñera, fue un precursor. Ambos tuvieron la visión de proponer un nuevo estilo de teatro, el del absurdo, e introducirlo en las tablas habaneras, en el década de 1950", dijo desde Nueva York Pedro Monge Rafuls, dramaturgo y editor de la revista Ollantay, citado por El Nuevo Herald.
"Como persona, Julio fue un magnífico ser humano que consagró su vida al teatro", añadió.
La actriz Teresa María Rojas recordó a Matas como "un hombre callado y bueno".
"De jovencita me enamoré de él, a través de sus versos, que leíamos con fervor en el Teatro Universitario", dijo Rojas. "Creo que un día, ya en el exilio, se lo mencioné al oído y se rió mucho. Nuestra dramaturgia no podrá olvidarlo ni los que lo conocimos, tampoco".
"Matas es una de las figuras de mayor talla del movimiento de vanguardia que se desarrolla en Cuba a fines de los años cincuenta y principios de los sesenta [cuando] deja establecida su importancia en nuestro teatro con su dirección de piezas como Nuestro pueblito (Thornton Wilder) donde [también] quedó demostrado su talento como actor", declaró por su parte el profesor y dramaturgo Matías Montes Huidobro.
"Un poco después, como dramaturgo, con La crónica y el suceso (1964 ) integra las mejores características del teatro culto con la chispa del vernáculo callejero [y] aunque cultivó otros géneros literarios, [su vida estuvo] dedicada al teatro", añadió.
Matas realizó estudios literarios en Harvard University, desde 1957 hasta 1960, a su regreso a Cuba fue nombrado director del Teatro Nacional.
"Julio no solo fue un gran actor, escritor, dramaturgo, poeta, novelista, crítico, narrador, sino un hombre tierno, dulce, cariñoso, leal y maravilloso amigo [que] supo amar la libertad y dejar su país cuando estaba triunfando en él", señaló la periodista Olga Connor. "Su vida fue un prestigio y orgullo para Cuba y para todos los que participamos de su gloriosa creatividad".
Matas partió al exilio en 1965. Ejerció como profesor en el Department of Hispanic Languages and Literatures en la Universidad de Pittsburg, Pennsylvania, donde a su retiro, en 1989, recibió la categoría de Profesor Emérito.
Sus últimos años los vivió en Miami Beach. Entre sus obras más relevantes figuran La crónica y el suceso (1963) y Juego de damas (1973) y el libro de cuentos El mundo elástico (2013).
"Creo que lo más importante de toda mi labor es la publicación de su obra El extravío (Desviations) en el volumen Three Masterpieces of Cuban Drama (Green Integer, 2000), que incluye textos de Virgilio Piñera y Carlos Felipe", dijo el escritor y crítico literario Luis F. González-Cruz, quien siguió la trayectoria de Matas desde 1962.
"Julio fue un excelente actor, un dramaturgo de peso y un narrador dueño de una prosa con la hechura de los clásicos, culta, finísima. Una gran pérdida para la cultura cubana. Otro grande que muere sin ver a su patria libre", opinó por su parte el escritor y dramaturgo José Abreu Felippe, autor de artículos sobre la obra de Matas.
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