MORALEJA PARA NUESTRA LUCHA LIBERTARIA
Por: Lcdo. Sergio Ramos
El mundo ha quedado impactado con la retirada de las tropas de Estados Unidos de Afganistán y la acelerada toma de ese país por los terroristas del Talibán. Detrás, ha quedado, a merced de los talibanes, un pueblo que ve rodar por el piso las esperanzas de tener en su país un futuro de paz y prosperidad, y ahora buscan, desesperados, salir del país para no ser víctimas de los nuevos opresores quienes aplicarán con rigor la arcaica Ley Sharia, la cual contiene preceptos que son violatorios de los derechos humanos, porque pisotea la dignidad de las mujeres convirtiéndolas en esclavas y objetos de los hombres, sin contar las múltiples restricciones que esta impone a la libertad de todos los habitantes de ese país. Y mientras esto sucede, a pesar del esfuerzo desesperado por rescatar a los ciudadanos americanos y los cooperantes con las tropas de Estados Unidos y sus aliados, el mundo occidental queda anonadado y decepcionado de su principal aliado.
Pero esta estampa no es la primera vez que sucede en la historia. Para el 29 de marzo de 1973 en Viet Nam del Sur se vieron escenas muy parecidas cuando los Estados Unidos se retiraron de Viet Nam dejando atrás, a merced del enemigo, a miles de sud-vietnamitas que habían luchado por la libertad en contra las tropas comunistas de Viet Nam del Norte y las sanguinarias guerrillas el Viet Cong. Y hoy día, en pleno siglo XXI, Viet Nam es una dictadura totalitaria comunista y su pueblo sigue estando oprimido por régimen tiránico de Hanói.
¿Acaso no fue algo parecido --- guardando las diferencias --- lo que paso con Cuba? En Bahía de Cochinos, el gobierno de los Estados Unidos se comprometió con los cubanos exiliados en apoyarnos militarmente tan pronto desembarcáramos en Cuba; sin embargo, jamás se nos cumplió la palabra por el entonces presidente John F. Kennedy y alrededor unos 1,600 hombres de la heroica Brigada 2506 quedaron solos, luchando en gran desventaja numérica y armamentística contra más de 50,000 tropas castristas bien armadas por la Unión Soviética. Como también quedaron sin apoyo logístico, abandonadas a su suerte, las guerrillas anti-castristas del Escambray y de otras partes de Cuba, las cuales continuaron combatiendo heroicamente contra las tropas castristas algunas hasta adentrado 1968.
Pero no empece esa traición, en Octubre de 1962, el presidente Kennedy truncó fatalmente los objetivos libertarios del pueblo cubano al firmar el nefasto Pacto Kennedy-Khruchev por medio del cual los Estados Unidos se comprometía a no permitir que los cubanos exiliados llevaran operaciones contra la dictadura castrista ni desde su territorio, ni de terceros países.
A partir de entonces, fueron desmanteladas operaciones comando auspiciadas por la CIA como la Operación Mongoose. Desde ese momento los exiliados cubanos de organizaciones anti-castristas independientes que hacían acciones comando en contra la dictadura castrista desde el exterior eran interceptados y detenidos por los guardacostas americanos. Estos hechos llevaron al Dr. José Miró Cardona a proclamar la guerra por los caminos del mundo contra el castrismo. La dictadura fue atacada en muchas partes del mundo por organizaciones independiente anti-castristas y consecuencia fueron muchos cubanos los que cumplieron presidio político en Estados Unidos y en otros países por luchar por la libertad de Cuba.
Ese perjudicial pacto todavía está en vigor, pues a la caída de la URSS, Rusia se subrogó en los derechos de la URSS sobre dicho pacto… Y todavía hoy ningún mandatario de la Casa Blanca se ha dignado en derogarlo, por lo cual el pueblo de Cuba lleva sufriendo 62 años de tiranía totalitaria comunista.
Pero nos preguntamos: ¿Por qué suceden estas cosas? Y es que en la política internacional impera por sobre todo, los Intereses políticos y económicos, aun por encima de los principios de libertad, misericordia, derechos humanos, para lo cual, en este ámbito, resultan de carácter secundario y hasta a veces, ignorados.
Esta inhumana Ley de Hierro de la política internacional no es la primera vez que se aplica, ni tampoco los Estados Unidos han sido los únicos que han abandonado, en un momento crítico, o por conveniencia política o económica a sus aliados. La historia está llena de estos ejemplos:
Remontándonos a los tiempos del Imperio Romano en el año 271 d.c., el emperador Aureliano decide retirarse con sus tropas de la vertiente norte del Rio Danubio, que era parte de la provincia romana de la Dacia (Lo que es hoy día es parte de Rumania), dejando el territorio a meced de los godos. Muchos ciudadanos romanos fueron evacuados, pero otros muchos quedaron abandonados en el territorio de la Dacia a merced de los godos, quieres adueñados de la vertiente norte del Danubio, impusieron sus costumbres y leyes a los romanos que quedaron atrapados en manos de los bárbaros.
Para 1762 el zar de Rusia Pedro III abandonó sorpresivamente la alianza con la emperatriz María Teresa de Austria, aliándose a su enemigo Federico II El Grande de Prusia, quien estaba enfrascado en una guerra contra Austria por el territorio de Silesia. Este hecho facilitó la victoria prusiana sobre los austriacos.
El 30 de septiembre de 1939 el primer ministro británico Sir Neville Chamberlain firmó el Tratado de Múnich con Adolfo Hitler dejando, entre otras cosas, la puerta abierta para que los Nazis en marzo de 1939 invadieran a Checoslovaquia por el conflicto fronterizo del llamado Sudete, un territorio que pertenencia a los checos desde su independencia en 1918, quedando ese pueblo bajo la bota dictatorial del nazismo.
Las enseñanzas de la historia nos revelan los errores pasados para evitar cometerlos en el presente. Por lo que estos hechos nos dejan a los cubanos, enfrascados en la larga lucha por la libertad de Cuba, una importante moraleja:
Indiscutiblemente, en política y en la guerra muchas veces las alianzas son necesarias para vencer al enemigo, pero cuidado con crear dependencias de sus aliados, sobre todo cuando estos toman el control total de la dirección de las acciones y acontecimientos.
El mejor aliado de la libertad de un pueblo es el pueblo mismo. Luego el mejor aliado de la libertad del pueblo cubano es el mismo pueblo cubano. Sin embargo, esto no quiere decir que no se hagan alianzas, pero la dirección y el control de la lucha libertaria debe estar en manos de los cubanos.
San Juan, Puerto Rico, 27 de agosto de 2021
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