Te lo presento: el médico, el cirujano y el biólogo Shirō Ishii (石井 四郎 Ishii Shirō, Shibayama, Prefectura de Chiba, 25 de junio de 1892 - Tokio, 9 de octubre de 1959).
No cuestiono a los líderes y dictadores, porque rara vez hicieron algo por su cuenta. Ellos son sólo los instigadores.
¿Has oído hablar de él? Definitivamente no es uno de los criminales más conocidos. En una lista de los criminales más atroces, estaría en primer lugar. Debajo de él, después de tanto desapego, en la segunda posición encontramos al Dr. Josef Mengele.
Sí, exactamente ese Dr. Mengele, el que hizo experimentos sobre los prisioneros de los campos de concentración alemanes. Sólo para que entiendas a qué nivel estaba Shiro.
Shiro era peor.
Mucho peor.
Él y su unidad 731 me dan náuseas.
La unidad 731, capitaneada por Shiro, estaba oficialmente destinada a la purificación del agua, pero en realidad estaba encargada de estudiar y probar armas químicas y biológicas. ¿Sobre quién? Sobre poblaciones desprevenidas: cientos de miles de hombres, mujeres y niños inocentes fueron exterminados por sus virus y microbios liberados en el aire o en el agua, desencadenando epidemias. Chinos, mongoles, coreanos y rusos murieron uno tras otro.
El objetivo de estas prácticas era doble: ensayar armas bacteriológicas para utilizarlas contra el enemigo y ensayar nuevas técnicas terapéuticas en los prisioneros que sufrían contagio, a fin de curar más eficazmente a los soldados japoneses enfermos o heridos.
¿Y sabes qué es aún peor? Que más de 20.000 médicos y científicos formaban parte de la Unidad 731 y que, tras su disolución a finales de la Segunda Guerra Mundial, continuaron su labor con total impunidad.
Shiro Ishii murió de cáncer en 1959, en Tokyo.
Fuentes de información: [1] [2]
Notas al pie
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