(Radio Martí, 03/01/11) - Los cubanos celebraron el domingo la llegada de 2011 con una competencia de carrozas en la fiesta conocida como Las Charangas de Bejucal.
Las Charangas de Bejucal son una mixtura de carnaval, baile y espectáculo de magia que se considera como una de las tradiciones populares más antiguas de la isla.
La plaza central de Bejucal, un pequeño y vetusto pueblo a unos 20 kilómetros de La Habana, despertó en la madrugada dominical bajo el influjo del largo desafío entre las carrozas de carnaval de los centenarios bandos Azul y Rojo, en lo que para muchos es una de las noches más espectaculares de Cuba.
La gran atracción de la fiesta consiste en presenciar las sorpresas que revelan las carrozas de cada bando, ubicadas en extremos opuestos de la plaza, donde un público alborozado asiste a la transformación de un armatoste rodante en un edificio de luces y color de casi 20 metros.
La ejecución de las carrozas se extiende por aproximadamente dos horas y los rivales de "Ceiba de plata", el bando Azul, y "Espina de oro", el Rojo, hacen accionar la tramoya de sus carros de modo que lentamente van creciendo plataformas con adornos y bailarines, al ritmo de la música y, en especial, de la conga cubana.
La tradición se celebra normalmente en plena Navidad, pero esta vez los vecinos de Bejucal recibieron el 2011 con sus Charangas este 2 de enero debido a que el mal tiempo de los últimos días de diciembre obligó a aplazar la celebración.
El origen de Las Charangas de Bejucal se remonta a la época en que Cuba era una colonia española, y el nacimiento de los bandos está ligado a la oposición entre la tradición hispana y africana.
Un despacho de la agencia EFE que reporta sobre la fiesta indica que Luisa Estévez, de 64 años, explicó que la dramática rivalidad de otros tiempos ya no existe, y ahora la gente asiste a la fiesta principalmente para buscar diversión.
Para José Luis, de 50 años, la historia de Las Charangas de Bejucal también se puede entender como reflejo de la situación económica del país, pues con el tiempo ha desaparecido el presupuesto para los fuegos artificiales y las carrozas terminan construyéndose con menos recursos y tiempo que el que necesitarían.
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