jueves, 4 de agosto de 2011
El verdadero cambio
Escrito por Rogelio Fabio Hurtado
Marianao, La Habana
4 de agosto de 2011
(PD) El vicepresidente José Ramón Ventura, designado para leer el habitual discurso por el 26 de julio, se congratuló del avance alcanzado por los Lineamientos, insistió en exhortar a sus cuadros a la obediencia -que él llama disciplina- y al cambio de mentalidad.
En este último aspecto, deben esforzarse para ser diáfanos, pues a juzgar por los lectores que escriben al Granma, cada quien entiende eso a su manera. Para nadie resulta fácil ser, a la vez, creativo y obediente.
En algún discurso anterior, el actual presidente afirmó que él no había sido designado para destruir al Socialismo, pero por lo visto, para ese viaje no se necesita alforja.
Según uno de sus apologistas, el Sr. Félix López, “nos pedía una verdadera revolución mental”. En el mismo artículo (La mentalidad frente al espejo”, Granma 22-7-o11) me sorprende con la novedosa caracterización de un nuevo tipo de enemigo: “los enemigos acérrimos de cualquier tipo de cambio (mental, real o virtual), porque atisban en él la pérdida de un espacio burocrático construido por décadas, sus correspondientes cuotas de poder y el “derecho” a decidir por los demás”.
Más adelante afirma: “De ahí que estemos hablando hoy, (y sin temor por las palabras) de una lucha de contrarios: los que quieren cambiar y los que dan la pelea silenciosa para que todo siga igual”.
Que yo recuerde, esta es la primera vez que la prensa oficial toma nota de una división en el consabido baluarte monolítico.
Estos tiros van contra los funcionarios civiles, a quienes les tocará cargar con todas las culpas habidas y por haber, mientras el grupo militar asume cada vez más poder, para su propio beneficio.
Para entender este proceso, no se requiere de ninguna revolución mental, propuesta esta que avergonzaría a Marx por su desfachatado idealismo.
Después de copiar al sistema totalitario soviético, luego que aquel mal llamado Socialismo real se vino abajo, ahora reniegan de él, llamándolo de manera superficial burocratismo, a la vez que lejos de renunciar a su esencia, que es el verticalismo piramidal, que lo centraliza todo en las manos del Primer Secretario del Partido Comunista, se aferran a ella, parapetados tras una retórica ambigua, que aparenta ser enérgica cuando en realidad es vaga.
El cambio de mentalidad, la autocrítica radical y la renuncia tajante a los métodos de gobierno aplicados hasta hoy, tienen que empezar desde arriba. La imposición al país de un sistema estatal totalitario, cuyo funcionamiento demanda de una capacidad organizativa con la que este no puede contar; el permanente estrangulamiento a la sociedad civil; la manipulación de la economía para beneficio de los intereses políticos de una camarilla que se auto-elige a perpetuidad, son todas decisiones tomadas al más alto nivel, que nos fueron impuestas sin contar con nadie.
Mientras no demuestren estar dispuestos a desprenderse de todo ese poder estéril para iniciar una auténtica apertura social, en la que participen absolutamente todos los cubanos, en pleno goce de sus derechos civiles y políticos, los verdaderos cambios seguirán pendientes, y serán cada día más perentorios.
Me hubiera gustado el día 26 haber escuchado una arenga más novedosa, algo que desmintiese mi pesimismo. Pero, sinceramente, no lo esperaba.
ruhr46@yahoo.com
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